¿Cómo se formó el sistema solar?
Sistema planetario en un sol remoto: cinco planetas del tamaño de la Tierra orbitan la estrella Kepler-444 en la constelación de Cygnus. Con una edad de 11.200 millones de años, se trata del sistema de planetas del tamaño de la Tierra más antiguo conocido.
Sistema planetario en un sol remoto: cinco planetas del tamaño de la Tierra orbitan la estrella Kepler-444 en la constelación de Cygnus. Con una edad de 11.200 millones de años, se trata del sistema de planetas del tamaño de la Tierra más antiguo conocido.
El sistema planetario en torno a la estrella Kepler-444 parece una versión lejana de nuestro sistema solar interior: Aunque no son cuatro, sino cinco los pequeños planetas que orbitan alrededor de la estrella anfitriona, sus tamaños se sitúan entre los de Mercurio y Venus.
Los exoplanetas orbitan Kepler-444 en menos de diez días o, lo que es lo mismo, a menos de una décima parte de la distancia de la Tierra al Sol. La edad del sistema es una sorpresa: con 11.200 millones de años, es casi dos veces y media más antiguo que nuestro sistema solar. Hasta ahora, no se conoce ningún otro sistema de edad comparable que albergue planetas del tamaño de la Tierra.
El equipo llevó a cabo la investigación utilizando la astrosismología: con la ayuda del Observatorio Espacial Kepler, los investigadores escucharon las resonancias naturales de la estrella anfitriona, provocadas por las ondas sonoras atrapadas en su interior. “Estas oscilaciones provocan minúsculas variaciones en su brillo que nos permiten medir su diámetro, masa y edad”, explica Saskia Hekker, del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar.
¿En qué parte de la Vía Láctea se encuentra nuestro sistema solar?
La formación del Sistema Solar comenzó hace unos 4.600 millones de años con el colapso gravitatorio de una pequeña parte de una gigantesca nube molecular[1]. La mayor parte de la masa colapsada se acumuló en el centro, formando el Sol, mientras que el resto se aplanó formando un disco protoplanetario a partir del cual se formaron los planetas, lunas, asteroides y otros pequeños cuerpos del Sistema Solar.
Este modelo, conocido como hipótesis nebular, fue desarrollado por primera vez en el siglo XVIII por Emanuel Swedenborg, Immanuel Kant y Pierre-Simon Laplace. Su desarrollo posterior ha entrelazado diversas disciplinas científicas, como la astronomía, la química, la geología, la física y la ciencia planetaria. Desde los albores de la era espacial en los años cincuenta y el descubrimiento de exoplanetas en los noventa, el modelo se ha puesto a prueba y se ha perfeccionado para tener en cuenta las nuevas observaciones.
El Sistema Solar ha evolucionado considerablemente desde su formación inicial. Muchas lunas se han formado a partir de discos de gas y polvo que giran alrededor de sus planetas progenitores, mientras que se cree que otras se formaron de forma independiente y posteriormente fueron capturadas por sus planetas. Otras, como la Luna de la Tierra, pueden ser el resultado de colisiones gigantescas. Las colisiones entre cuerpos se han producido continuamente hasta nuestros días y han sido fundamentales para la evolución del Sistema Solar. Las posiciones de los planetas podrían haberse desplazado debido a interacciones gravitatorias[2]. Actualmente se piensa que esta migración planetaria fue responsable de gran parte de la evolución temprana del Sistema Solar[¿según quién?].
Distancias del sistema solar
Muchas culturas antiguas veneraban el Sol como el elemento más poderoso de su mundo. Algunas de ellas erigieron impresionantes estructuras para seguir sus movimientos: pirámides, ermitas y enormes terraplenes. Pero ¿sabías que muchos pueblos antiguos también aprovecharon el calor y el poder del sol?
Utilizar el conocimiento del sol, el clima y los patrones meteorológicos predominantes para hacer que las casas sean energéticamente eficientes es parte de lo que hace que los hogares modernos sean confortables y les ayuda a reducir su huella de carbono. Es una técnica con visión de futuro, pero cada vez descubrimos más que es una mentalidad que se ha incorporado a las estructuras tradicionales de las casas desde hace milenios.
Los antiguos egipcios fueron los primeros en utilizar la energía solar a gran escala para calentar sus casas. Diseñaban sus casas para almacenar el calor del sol en las paredes durante el día y liberarlo al ponerse el sol para regular la temperatura durante las frías noches del desierto. Los antiguos griegos, romanos, nativos americanos y chinos también utilizaban técnicas similares para regular la temperatura de sus hogares.
Modelo heliocéntrico
Nuestras ideas sobre el Sistema Solar y el espacio han cambiado con el tiempo. La gente ha mirado al cielo durante miles de años. Han observado el movimiento de las estrellas y los cambios del Sol y la Luna. A partir de lo que se sabía sobre las posiciones de las estrellas, los eclipses y las fases de la Luna, se elaboraron mapas estelares. Esta información se utilizaba para hacer calendarios y medir el tiempo. Era muy útil para planificar cuándo plantar los cultivos o para orientarse.
Los primeros mapas celestes fueron realizados hacia el año 1000 a.C. por los asirio-babilonios. En la actualidad, esta zona del mundo se encuentra en Irak y Siria. Aquí se crearon algunos de los primeros espacios dedicados al estudio del cielo nocturno.
Los antiguos griegos también trabajaron mucho en astronomía y matemáticas. Eratóstenes calculó por primera vez la distancia alrededor de la Tierra (su circunferencia) en el año 240 antes de Cristo. Puedes probar su experimento en el solsticio de verano. Hiparco fue el primero en registrar el bamboleo de la Tierra al girar sobre su eje. A este bamboleo lo llamamos precesión. También fue el primero en medir la distancia a la Luna.